UC - Críticas
| Países: USA, Reino Unido y Rumanía. Año: 2013. Duración: 107 min. Género: Ciencia-ficción.
Dirección: Terry Gilliam. Guion: Pat Rushin. Producción: Nicolas Chartier y Dean Zanuck. Música: George Fenton. Fotografía: Nicola Pecorini. Diseño de producción: David Warren. Vestuario: Carlo Poggioli.
Estreno en España: 28 Noviembre 2014. |
Interpretación: Christoph Waltz (Qohen Leth), Matt Damon, Ben Whishaw, Tilda Swinton, David Thewlis, Mélanie Thierry. |
CAOS Y DESIDIA
'The Zero Theorem' es un desastroso y monumental fiasco del Terry Gilliam más grandilocuente y tarado, que lleva sus elucubraciones mentales al extremo de contar una historia que sólo entenderá él y dejará al espectador medio totalmente al margen de la propuesta. Y ojo que lo dice un fan de muchas de sus películas, especialmente 'Brazil' (1985), 'El Rey Pescador' (1991), '12 Monos' (1995) e incluso 'Tideland' (2005), me parecen obras ejemplares que forman parte de mi videoteca selecta por su imaginativa puesta en escena y su capacidad generativa de emociones cinéfilas surrealistas y gratificantes que permanecerán por siempre grabadas en nuestras retinas.
SINOPSIS: Qohen Leth es un solitario y excéntrico genio de la informática que trabaja en un misterioso proyecto con el que pretende descubrir si hay o no un propósito para nuestra existencia.
En esta ocasión, "The Zero Theorem" también conserva la imaginería visual de su autor, pero con la salvedad de que lo único que genera su historia es un enorme bostezo mientras se embarulla en filosofías y reflexiones que parecen extraídas de un guionista fumado. Sin duda, es la mayor decepción de su reciente filmografía porque le teníamos muchas ganas y también se convertirá en una de las decepciones de este año cinéfilo 2014 que está a punto de llegar a su fin. No diremos que en el fondo nos ha sorprendido mucho porque ya conocíamos las reacciones que había tenido la gente que la había visto en su paso por los festivales.
Si "Tideland" ya fue recibida con abucheos e incomprensión, pero a nosotros nos pareció una obra a descubrir con una gran dosis de creatividad malsana y un humor macabro, aquí nada parece funcionar en un absurdo despropósito argumental que tan sólo resulta soportable por la bendita presencia de Christoph Waltz y de Mélanie Thierry, que sobresalen del enorme y soporífero caos que es la película, un compendio de su cine anterior, pero sin mesura, comicidad, ni pizca de ingenio.
